Cada día nos damos cuenta con mayor fuerza que lo emocional está inmerso en cada rol, en cada actividad que hacemos, es prácticamente imposible, según mi criterio separar la emoción de la acción, somos seres emocionales, sentimos, y ese sentimiento nos mueve, nos motiva o por el contrario, nos paraliza y nos impide avanzar.
En la actualidad un buen Gerente no debe seguir la vieja directriz, no te involucres emocionalmente con tus colaboradores, mantente al margen, pensar de esta manera sólo te garantiza un desapego mutuo entre tu persona y tus colaboradores que tarde o temprano impactará de manera negativa a toda la Organización, es prácticamente imposible comprometer a las personas si no están emocionalmente conectadas, si no te importo como persona, no tiene porque importarme a mi tus cifras, tu capital, tu empresa, tu puesto, las metas de la Organización, entre otros tantos puntos que son importantes para el desarrollo del entorno.
Hoy en día las emociones juegan quizá el papel más importante en el éxito de las personas y de las nuevas Organizaciones, y no se trata de convertirnos en sentimentales que lloremos todo el tiempo por las cosas malas que le pasan a nuestros colaboradores, tampoco se trata de ser extremadamente flexible y permitir a los colaboradores entrar y salir de la empresa cada vez que lo deseen, o subirles el sueldo cada dos meses cuando nos toquen a la puerta porque no les alcanza el dinero, no se trata de eso, de hecho estar conscientes de nuestras emociones y saberlas administrar requiere mucha madurez.
Lo importante con las emociones es saber identificarlas y administrarlas de tal manera que nos ayuden a conectarnos con el entorno y no permitir que nos tomen como rehenes, existen personas que se hacen expertas en manipular las emociones de los demás, son maestros por ejemplo en crear sentimientos de culpa en los otros para sacar provecho de situaciones, es precisamente esta clase de eventos que debemos tratar de evitar.
Una vez que somos conscientes de nuestras emociones, es momento de saber cómo usarlas para mejorar nuestro entorno y conectar con las personas, para eso la mejor herramienta sin duda es la comunicación, comunicarnos es mucho más que saber hablar y mucho más que las palabras que decimos, va más allá incluso de expresarnos con claridad, debemos usarla también para generar en otros sentimientos positivos, para trasmitir los propios y potenciar así el mensaje.
Si no sabemos comunicar efectivamente nuestras emociones, es cómo si nuestras emociones quedaran aisladas, vean este ejemplo, ustedes son los mejores profesionales de su área, los expertos más grandes nadie los puede superar en técnica, pero nadie lo sabe, los ven como uno más del montón, entonces, ¿Para que me sirve ser el mejor si nadie lo sabe?, si nadie se entera, pues no sirve de mucho realmente, más simple aún, no saben manejar pero se compraron un auto último modelo, ¿De qué te sirve?.
Las personas inteligentes saben que si deben invertir tiempo en desarrollar algo ese algo debe ser el liderazgo, y la piedra angular del liderazgo sin duda es la comunicación, un líder que no sepa comunicar es un simple jefe, un jefe que sepa comunicar extraordinariamente es un líder de excelencia, la buena noticia es que la comunicación se puede aprender, existen muchas técnicas poderosas para comunicarnos de manera efectiva, de la manera en la que podemos causar un impacto positivo en la vida de las personas que nos rodean, una de estas herramientas quizá la más poderosa es la Programación NeuroLingüistica (PNL), si desea integrar a su vida algo que le brindará un cambio potente y positivo no solo como profesional, sino como persona, comience un entrenamiento formal en PNL y en poco tiempo verá los frutos, más adelante en otros artículos profundizaremos y les daré algunas herramientas prácticas, recuerden nunca es tarde para cambiar y mejorar, un viejo proverbio africano dice, “El mejor momento para sembrar un árbol es hace 25 años, el segundo mejor momento es hoy”. Comienza el cambio positivos que deseas ver en el mundo.
Hasta la próxima.
Jimmy Canelones